Todo el mundo ha tenido decisiones difíciles en su vida, como el chico cuyo padre se marcha con otra familia. No puede impedírselo, y mucho menos marcharse con él. Y no le queda más remedio que quedarse en la casa en la que vivió toda su infancia y apoyar a su madre y a su hermana, intentando construir una relación adecuada entre ellas después de todo lo que ha pasado.
Pero las frecuentes conversaciones con su padre por teléfono, que le muestran cómo quiere volver pero no puede, le hacen desear cada vez más reunirse con su padre y le obligan a tomar un par de decisiones que cambiarán su vida. Un día después, las maletas y cajas de pertenencias ya están esperando en el coche, al igual que el resto de su familia, que se da cuenta de que algo tiene que cambiar.
Al subir al coche, observa cómo su antigua casa desaparece lentamente del horizonte, y se queda mirando a lo lejos, hacia el nuevo horizonte, con la esperanza de una vida nueva y mejor.