En el Antiguo Egipto, no había lugar para los errores, grandes o pequeños. Y a pesar de la belleza núbil de esta preciosa esclava dickgirl, la reina debe asegurarse de que todas las infracciones tengan consecuencias. ¿Su castigo favorito? Ver cómo las esclavas que se portan mal se convierten en juguetes sumisos para su bien dotado amante demoníaco del monstruo Goatman.